Verdades Incómodas: Los Guardianes con Máscara
Los Guardianes con Máscara
Jonathan
Jared Godoy
“Volaron” los golpes en la máxima
casa de estudios, y asimismo continuaron “volando” los combustibles. También
los motoristas corrieron sus velocímetros hasta el tope, mientras los usuarios
callamos y pagamos, quizá sin esperanzas, otro lempira más.
Los vendedores de los productos
más básicos se dedicaron a comercializar sus productos, resignados al aumento
de precios y esperando que sus ganancias diarias les permitan sobrevivir. Los
consumidores, contamos cada “tostón” buscando alcanzar la libra de alimentos de
mañana.
Mas en un momento de ocio, o en
el camino a nuestras casas, quizá al despertar a la luz del día, o al poner la
cabeza sobre nuestro colchón por la noche, pensamos en si se podrá hacer algo
al respecto, y quien lo podría hacer.
En un país sumergido en la
violencia y la delincuencia, donde la impunidad es una opción a la carta que
puede ser ordenada en cualquier momento por los más grandes, aquellos que son
los más indefensos, pero el futuro de esta sociedad, se visten con capucha,
luchando en el anonimato.
Palabras soeces, e insultos les
llegan por doquier, en las entradas de la universidad, en las redes sociales, y
ha quedado la evidencia de que han arriesgado sus vidas incluso a la “bala viva”
de quienes no comparten con sus ideales. En su lugar, estos guerreros no
sueltan el pie del asta de la bandera.
Cuando en ese centro académico
les quisieron arrebatar la participación estudiantil en la toma de decisiones,
se rebelaron. De la misma manera lo hicieron cuando las autoridades
universitarias tenían la idea de incrementar los costos en esta entidad pública.
En esos momentos, ganaron, y nadie se los agradecerá.
Los transportistas alzaron sus
voces proclamando por todas las vías que querían el beneficio para todo el
pueblo. Sus carros adornados con cartulinas que decían que no deseaban algo más
o algo menos que la rebaja de 23 lempiras a los carburantes.
Nos traicionaron. Y ante esto,
¿uno de los sectores más afectados, los alumnos, deben quedarse callados? Si,
solo es un lempira el aumento, pero solo el que hace el sacrificio para
adquirir el pan del saber, sabe lo que ese lempira, multiplicado por cuatro
cada día en algunos casos, puede ocasionar en su humilde billetera.
Sin embargo, estas lámparas de
luz de una sociedad en silencio, deben considerar que el daño que nos hacen, no
podemos hacerlo a otras personas.
Si los motoristas fueron
indiferentes con todos los usuarios, ellos no por eso deben luchar solo por una
rebaja en el pasaje a los estudiantes o a determinados sectores
.
Existen puntos de taxis y buses
que prácticamente sobreviven de movilizar estudiantes. Un descuento exclusivo a
estos, generaría un desliz enorme en la economía de los conductores. Nos
hirieron a nosotros, pero no debemos buscar dañarlos a ellos.
Las consignas y la convicción de
cambio no pueden parar, pero la solución deseada debe seguir siendo una rebaja
a la gasolina, aunque a las elites gubernamentales les duela en el robo. Bueno,
mejor dicho, bolsillo.
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